Ha habido hombres y ha habido mujeres, pero no ha habido seres humanos.
El
hombre solo no será capaz de llegar muy lejos.
La
mujer sola simplemente será un estanque de energía sin posibilidad alguna de
movimiento dinámico.
Cuando
ambos están juntos son complementarios.
Ninguno
está por encima del otro.
Los
complementarios jamás están arriba o abajo, son iguales.
Juntos
conforman un todo, y juntos pueden crear una santidad que no resulta posible
para ninguno por separado.
Un
hombre, para ser realmente masculino, ha de ser aventurero, creativo, ha de ser
capaz de tocar tantas iniciativas en la vida como le sea posible.
La
mujer, para ser de verdad una mujer, ha de ser un estanque de energía detrás
del hombre, para que la aventura pueda disponer de tanta energía como sea
posible.
Si ambas
partes son conscientes del hecho de que se trata del encuentro de opuestos, de
que no hay necesidad de convertirlo en un conflicto, entonces es una gran
oportunidad para comprender y asimilar el punto de vista totalmente opuesto.
El
enfoque femenino y el enfoque masculino son tan distintos que a menos que se
lleve a cabo un esfuerzo consciente, a menos que se convierta en vuestra
meditación, no existe esperanza de disfrutar de una vida apacible.
El hombre
y la mujer, juntos, moviéndose de manera positiva, son un todo.
De
esa manera, la vida de un hombre y de una mujer, juntos, puede convertirse en
una hermosa armonía.
OSHO
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